MIEDO
A EQUIVOCARSE, y seguimos desmenuzando y
nos quedamos con EL MIEDO A PREGUNTAR.
Sí, esa sensación que se queda en la garganta y llega a la punta de la lengua y
cuando piensas que ya estas list@ te tragaste la duda cuando pensaste…"na, se
burlaran de mí, es una pegunta obvia”. Casi estas convencid@ de tu pensamiento
pero oh! Alguien alzo la mano y formuló tu duda entonces tienes la certeza
de que era una excelente pregunta.
Esa
especie de freno: el miedo a preguntar es un obstáculo emocional que le pone
cabe a tu proceso creativo; y está relacionado con evitar a toda costa sentirte
ridícul@ y no arriesgar. La pregunta es y ¿De dónde nace ese miedo?. Pues exactamente
no sabemos para cada caso, pero si daremos ideas generales aquí te va:
- De una mala experiencia en la escuela que te dejó con la idea de que preguntar no es lo tuyo. ¿Se entendiooo?
- De evitar sentirse vulnerable al dar la impresión de “no saber” sobre algún tema en especial en una clase, en una reunión de trabajo, etc.
- De no salir de la zona de confort y preferir a vivir con la duda antes que quedar en ridículo.
- De mantener un estado de tensión constante
- De creerse que no puedes aportar cosas importantes con tus preguntas.
El
miedo es algo normal, pero acuérdate que para un proceso creativo si algo no te
queda claro PREGUNTA! Date permiso para el ridículo, más vale parecer tonto 5
minutos y preguntar que callarse y serlo toda la vida.
Las preguntas te generan nuevas ideas además de organizar tus conocimientos, son como la punta de la madeja que te invita a seguir descubriendo y descubriendo.
Hasta
pronto!
Colaboración: Cecilia Rubio
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